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Te explicamos los aspectos más importantes de las criptomonedas y los riesgos asociados a invertir en este tipo de activos
Seguro que cada día oyes hablar de criptomonedas, criptoactivos, criptodivisas, monedas digitales, monedas virtuales, Bitcoin, Ethereum, Cardano, etc.
Todos estos términos se empezaron a utilizar en el año 2009, con la aparición del bitcoin. Pero, ¿cómo definen estos términos los organismos públicos? ¿cómo se regulan? ¿cuál es la postura de la Agencia Tributaria? ¿quiénes están preparados para invertir en este tipo de activos? ¿qué riesgos conlleva?
Si tienes criptomonedas te recomendamos asegurarlas con un testamento digital para que no se pierdan el día que no estés para disponer u operar con ellas.
Por eso, vamos a responder a todas estas cuestiones en las próximas líneas.
Definiciones
Desde el año 2018, existe una definición legal de «monedas virtuales», que podemos encontrarla en la Directiva (UE) 2018/843 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018, por la que se modifica la Directiva (UE) 2015/849 relativa a la prevención de la utilización del sistema financiero para el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo.
En este documento, conocido como la Quinta Directiva, encontramos que las monedas virtuales son: representación digital de valor no emitida ni garantizada por un banco central ni por una autoridad pública, no necesariamente asociada a una moneda establecida legalmente, que no posee el estatuto jurídico de moneda o dinero, pero que es aceptada por personas físicas o jurídicas como medio de cambio y que puede transferirse, almacenarse y negociarse por medios electrónicos.
Según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), las criptomonedas son monedas virtuales que se ofrecen a través de internet de forma global y se presentan en ocasiones como alternativa al dinero de curso legal. Las más populares son Bitcoin y Ether, pero hay más de 7.000 criptomonedas en el mercado con características similares a las del Bitcoin.
Características de las criptomonedas
En base a las distintas definiciones que hemos recopilado, podemos enumerar las siguientes características:
- Son una representación digital de valor
- No son emitidas ni garantizadas por un banco central ni por una autoridad pública
- No están sometidos a ninguna regulación específica que proporcione garantías y protección similares a las aplicables a los productos financieros
- Su circulación es muy limitada
- No están asociadas, necesariamente, a una moneda establecida legalmente
- Jurídicamente no son dinero de curso legal
- Pueden transferirse, almacenarse y negociarse por medios electrónicos
- Son aceptadas por personas físicas o jurídicas, y pueden ser utilizadas como medios de pago, medios de cambio, inversión, producto de reserva, etc.
- No están cubiertas por mecanismos de protección al cliente como el FGD o FOGAIN
Criptomonedas y la Agencia Tributaria
El Plan de Control Tributario y Aduanero establece que la Agencia Tributaria vigilará el uso de las criptomonedas como el bitcoin, señalando que la utilización por el crimen organizado de la internet profunda o deep web, para el tráfico y comercio de todo tipo de bienes ilícitos, así como el empleo de criptomonedas como medios de pago, es uno de los desafíos más exigentes en la actualidad.
También se indica que la Agencia Tributaria estudiará la incidencia fiscal de las nuevas tecnologías de recopilación y análisis de información como la blockchain y las criptomonedas.
Riesgos asociados a las criptomonedas
El 9 de febrero de 2021, la CNMV y el Banco de España redactaron un comunicado conjunto sobre el riesgo de las criptomonedas como inversión.
Afirman que los criptoactivos pueden ser elementos que dinamicen y modernicen el sistema financiero en los próximos años, pero para valorar su validez como alternativa de inversión o su uso como medio de pago, es preciso atender a los siguientes aspectos:
1. Ámbito regulatorio
En la Unión Europea, no existe todavía un marco que regule los criptoactivos y que proporcione garantías y protección similares a las aplicables a los productos financieros. Desde el punto de vista legal, las criptomonedas no tienen la consideración de medio de pago, no cuentan con el respaldo de un banco central u otras autoridades públicas y no están cubiertas por mecanismos de protección al cliente como el Fondo de Garantía de Depósitos o el Fondo de Garantía de Inversiones.
2. Complejidad
Se trata de instrumentos complejos, que pueden no ser adecuados para pequeños ahorradores. Es una inversión de alto riesgo y, por tanto, se requiere de un gran conocimiento y experiencia.
3. Carácter especulativo
En relación con el precio, sabemos que conlleva un alto componente especulativo que puede suponer incluso la pérdida total de la inversión.
4. Formación de precios
Los precios se forman en ausencia de mecanismos eficaces que impidan la manipulación, como los presentes en los mercados regulados de valores. En muchas ocasiones, los precios se forman sin información pública que los respalde.
5. Falta de liquidez
La circulación de criptomonedas entre inversores, tanto minoristas como profesionales, es muy limitada por lo que muchas criptomonedas pueden verse carentes de la liquidez necesaria para poder deshacer una inversión sin sufrir pérdidas significativas.
6. Uso como medio de medio
Pese a que existen desde hace más de una década, la aceptación de las criptomonedas como medio de pago es aún muy limitada. No existe obligación de aceptar Bitcoin o cualquier otro tipo de criptoactivo como medio de pago de deudas u otras obligaciones.
7. Carácter transfronterizo
En muchas ocasiones, los distintos actores implicados en la emisión, custodia y comercialización de criptoactivos no se encuentran localizados en España o en algunos casos, incluso, no es posible su localización, por lo que la resolución de cualquier conflicto podría resultar costosa y quedar fuera del ámbito de competencia de las autoridades españolas.
8. Robo, estafa o pérdida
La tecnología de registros distribuidos para la emisión de las criptomonedas conlleva riesgos específicos. La pérdida o robo de las claves privadas pueden suponer la pérdida de las criptomonedas, sin posibilidad de recuperarlas.
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